Club Atlético River Plate le ganó a Defensores de Belgrano, el equipo donde se desempeña Ariel Ortega, por 1 a 0 y se clasificó para los 16avos de final de la Copa Argentina de fútbol.
El único gol del partido, desarrollado en el estadio Bicentenario de San Juan y cuyo interés principal estaba en el choque de River con Ortega (uno de sus mayores emblemas, descartado por el técnico Matías Almeyda a inicios de temporada), fue anotado por Alejandro Domínguez, a los 25 minutos de la etapa inicial. En la próxima instancia del certamen, prevista recién para febrero del año que viene, el equipo de Núñez se medirá con Sportivo Belgrano de San Francisco, Córdoba, en sede a designar.
Un poco por su formación alternativa, otro poco por las ganas del rival (participa en la B Metropolitana), a River le costó acomodarse en el partido. La demora no le produjo riesgo en el arco propio, anoche en manos de Daniel Vega, pero sí le significó algunas dificultades en la creación de peligro en el ajeno.
Pero cuando Cavenaghi y Domínguez se encontraron, el equipo conducido por Almeyda empezó a encaminar la victoria.
Lo dicho: no había generado demasiado River cuando se puso arriba en el marcador con una buena combinación entre los delanteros que Domínguez definió con categoría ante la salida de Ariel Griffo.
Una vez en ventaja, el conjunto de la B Nacional ganó en aplomo y manejó la pelota con tranquilidad, sobre todo porque Defensores de Belgrano exhibió limitaciones de las que ni siquiera lo rescató el experimentado Ortega, aislado o individualista en su poco contacto con la pelota.
Siguió generando poco (un gran remate de Cavenaghi dentro del área que Griffo sacó al corner; un tiro libre de Domínguez apenas por arriba del travesaño), pero descansó en su solidez defensiva y en lo que, en definitiva, sostuvo la victoria parcial: la diferencia de jerarquía de las individualidades de uno y otro.
A la misma fórmula apostó River en el complemento: el talento de su dupla ofensiva, apoyado por las interesantes proyecciones por la izquierda del venezolano César González (provocó tres o cuatro faltas cercanas al área de Defensores de Belgrano). Pero, más allá de esas situaciones (Domínguez estrelló una en el travesaño), no tuvo opciones claras para aumentar el marcador.
Y Defensores de Belgrano, con el alma, superando inclusive su declive físico, con Ortega más participativo en sus ansias de revancha personal, se acercó varias veces a Daniel Vega. Pero el arquero respondió, una solución para cierta displicencia que terminó mostrando River.
En las manos de Vega (se mostró como opción para volver al equipo en la B Nacional, ahora que Leandro Chichizola tuvo algunas actuaciones desacertadas), se extinguieron entonces las chances de los de la B Metropolitana. Pasó River. Acá sí, por el peso de sus apellidos.
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